El juego de las margaritas
A veces me preguntan cómo se me ocurre la temática de los acertijos. Por ejemplo, tengo unos cuantos acertijos de temática suiza que van sobre banderas, quesos o rosas alpinas. Pues creedme si os digo todo es por una pequeña anécdota que me ocurrió hace mas de un cuarto de siglo.
Iba yo con un grupo de suizos con los que estaba recorriendo los Alpes y tomamos la peligrosa ruta de Altdorf a Fluellen, para visitar el lugar histórico donde Guillermo Tell disparaba a las manzanas. Cuando paramos a descansar vi a una niña que estaba recogiendo margaritas. Para entretenerla le enseñé a pronosticar su futuro matrimonial arrancando los pétalos de una margarita para saber si se casaría con “un rico, un pobre, un mendigo o un ladrón”. Me dijo que ya sabía jugar a ese juego, que todas las chicas del lugar lo conocían, con la diferencia de que allí los jugadores podían arrancar uno o dos pétalos contiguos, hasta que el ganador arrancara el último y le dejara el tallo, o “solterona”, a su oponente.
No pude ganar a nuestra pequeña matemática, que no tenía más de 10 años, ni una sola vez. Y no fue hasta que llegué a Luzerne que me puse a pensar en el truco.
Os muestro el juego en el dibujo, en el que tenéis una margarita de 13 pétalos. Lo juegan dos personas, que irán retirando uno o dos pétalos adyacentes hasta que no quede ninguno por quitar. El que se quede con el último pétalo, gana y deja el tallo de solterona a su oponente.
El que empieza a jugar puede decidir si empieza arrancando uno o dos pétalos. Así que el acertijo consiste en decir qué sistema tenemos que seguir para ganar aunque no empecemos nosotros.