Un viejo acertijo

Un viejo acertijo

En una comida de Semana Santa, se comieron diez docenas de huevos, uno detrás de otro, sin pausa. En el primer plato de consumieron 30 huevos a un ritmo de 3 huevos por minuto, lo que tomó 10 minutos.

En el segundo plato se comieron 30 huevos, 2 cada minuto, lo cual llevó 15 minutos.

Finalmente, en el tercer plato se comieron los 60 huevos que quedaban, al principio 3 y luego 2 por minuto, alternativamente, haciendo una media de 5 huevos cada dos minutos.
“Sin que os tengáis que comer mucho el coco con las matemáticas,” decía Dutch Frank, el barbero que me explicó este problema “dime cuánto se hubiera tardado en comer esas diez docenas de huevos si en la comida hubieran habido la mitad de invitados.”