El rol de los padres en el tratamiento de la bulimia nerviosa.

Jueves, 24 de Septiembre de 2015
Bulimia nerviosa pozuelo de alarcon

Un estudio realizado por la Universidad de California, ha hallado que la participación de los padres en el tratamiento de los adolescentes con bulimia nerviosa es más eficaz, que el tratamiento individual de los adolescentes.

Este hallazgo arroja justo una conclusión opuesta sobre como históricamente se venía tratando por la comunidad médica a los adolescentes que sufren bulimia nerviosa, ya que el tratamiento tradicional excluye a los padres del tratamiento y el asesoramiento.

Este estudio muestra claramente que la participación de los padres es esencial y fundamental para el éxito del tratamiento de los adolescentes con bulimia nerviosa, contrariamente a la formación que reciben los psiquiatras, que determina que los padres tienen la culpa de la bulimia y, por lo tanto deben ser omitidos de tratamiento.

La bulimia se caracteriza por episodios recurrentes de comer excesivamente y de forma descontrolada, llamados episodios de atracón. Estos episodios de atracón, suelen ser seguidos por conductas compensatorias, enfocadas a prevenir el aumento de peso, como son el vómito autoinducido, los laxantes, o el abuso de diuréticos, el ayuno o ejercicio intensivo (vigorexia).

Entre un uno y tres por ciento de los adolescentes sufren este trastorno en los países desarrollados y, desarrollando la mayoría esta enfermedad durante la adolescencia. Suele ser complicado para los padres poder detectar el trastorno, por encontrarse los hijos en un peso saludable y, esto hace que los adolescentes puedan padecer este trastorno durante años sin el conocimiento de los padres.

En el tratamiento de adolescentes con bulimia nerviosa, es imprescindible reducir los atracones y las conductas de purga de la forma más rápida posible, ya que pueden causar la muerte prematura, pues cuando un paciente vomita, existe el riesgo de ruptura del esófago, causando un desequilibrio electrolítico y arritmia cardíaca.

El estudio realizó una comparación entre dos de los tratamientos más clásicos, la terapia cognitivo-conductual y la terapia sistémica familiar.

La terapia cognitivo-conductual se centra en el paciente de forma individualizada, ayudando a los pacientes a obtener un conocimiento profundo de sí mismos y de los pensamientos irracionales que les están causando a los atracones y las purgas. A medida que se van reconociendo y enfrentando estos pensamientos irracionales, el paciente puede modificar su conducta y lograr la curación.

La terapia sistémica familiar, trabaja con los padres para entender la gravedad del trastorno y enseñarles el camino y la forma de cómo apoyar a sus hijos para mantenerlos seguros y potenciar los hábitos saludables.

En el estudio, los investigadores asignaron aleatoriamente a 130 adolescentes entre las edades de 12 y 18 años con bulimia nerviosa, para recibir terapia cognitivo-conductual o terapia sistémica familiar, durante 18 sesiones. El seguimiento de los pacientes se realizó a los 6 y a los 12 meses.

Aquellos que recibieron terapia sistémica familiar, lograron mayores tasas de abstinencia de atracón y purgas , que los pacientes que recibieron terapia cognitivo-conductual individualizada.

Cuando finalizó el tratamiento, el 39 por ciento de los pacientes de terapia sistémica familiar, se abstenía de los atracones y purgas, frente a solo un 20 por ciento de los que recibieron terapia cognitivo-conductual. En el seguimiento de los seis meses, el 44 por ciento de los pacientes de terapia sistémica-familiar abandonaron los atracones y las purgas, frente a un 25 por ciento de los pacientes de terapia cognitivo-conductual. A los 12 meses, la terapia sistémica familiar fue clínicamente superior a la terapia cognitivo-conductual, con un 49 por ciento de éxito frente a un 32 por ciento.

El estudio fue publicado en la revista de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente.

Fuente: University of California (San Francisco)