Este tipo de terapia puede centrarse en tratar problemas de soledad, depresión, ansiedad, adicciones, autoestima, rupturas, pérdidas, etc.; ayudando a la persona a realizar cambios importantes para mejorar su calidad de la vida.
En nuestros centros de Vértices Psicólogos de Madrid y de la Zona Noroeste de Madrid (A6), en Las Rozas, Majadahonda, Pozuelo, Torrelodones, Villalba, Galapagar, Boadilla y El Escorial, impartimos terapia de grupo, empleando para ello diversas metodologías dependiendo del trastorno o el tipo de problema a tratar, según el perfil de los pacientes.
Tipos de tratamiento
En Vértices Psicólogos empleamos la terapia de grupo para ayudar a resolver conflictos y promover la mejora personal. Esencialmente, este tipo de psicoterapia lo aplicamos en aquellos casos en los que:
- Existen dificultades en las relaciones con otras personas
- El individuo se encuentra inmerso en una enfermedad crónica o grave
- Se dan situaciones de depresión o ansiedad
- Se ha producido el fallecimiento o abandono de un ser querido
- Se pretende realizar un afrontamiento de traumas
- Existen trastornos de la personalidad
- Los miembros son adictos a alguna sustancia, juego o parafilia
- Existen situaciones de timidez extrema
- El paciente posee un profundo problema de autoestima
Las terapias de grupo se muestran como un excelente complemento en los tratamientos individuales de determinadas patologías. De igual forma, son un método bueno para incrementar la sensibilización del paciente, la mejora de relaciones interpersonales, la comprensión de las reacciones de los demás, la superación de bloqueos emocionales y el abandono de las adicciones.
Metodología de la terapia de grupo
La sesión de terapia de grupo es una tarea basada en la colaboración de todos los miembros, asumiendo el terapeuta la responsabilidad clínica del grupo y de cada individuo. Las reuniones más habituales suelen durar entre 75 y 90 minutos, ocupándose los miembros de mostrar de una forma honesta y libre, sus problemas, sentimientos, ideas y reacciones. Esta exploración proporciona a los componentes del grupo las herramientas para comprenderse y ayudarse de forma retroalimentada. La "magia" de este tipo de terapia se basa en que, los miembros no sólo aprenden de sí mismos y de sus propios problemas, sino que actúan simultáneamente durante las sesiones como "ayudantes terapéuticos" de los demás componentes.
El propósito de las sesiones de terapia de grupo es conversar con los demás miembros de manera espontánea y honesta. El psicólogo actúa como guía, para que en las sesiones se aborden los temas más significativos de acuerdo al perfil y los problemas de los los participantes.
Objetivos de la terapia de grupo
La psicoterapia de grupo puede cohabitar con la terapia individual, siendo un complemento de esta, a discreción del psicólogo y del paciente. También puede emplearse como mantenimiento, una vez terminada la terapia individual.
El psicólogo seleccionará los grupos atendiendo a las diversas patologías, traumas y conflictos que presentan los pacientes y a su perfil personal.
El objetivo final de este tipo de terapia es recuperar la libertad interior y promover el crecimiento de la persona, incrementando el sentido que el individuo tiene de su propio bienestar y ayudándolo a que pueda descubrir sus posibilidades interaccionando con los otros componentes del grupo, a los que también va a ayudar a superar sus problemas.
Los objetivos principales que se buscan son:
- Reducir el sufrimiento innecesario en la persona, aumentando su libertad interior.
- Ayudar a manejaro adecuadamente las emociones.
- Incrementar la capacidad para asimilar las situaciones diarias, afianzando la conquista de la libertad.
- Ayudar a la toma de decisiones sanas y correctas con mayor seguridad, tanto a nivel personal como en las relaciones con los demás.
- Promover el crecimiento personal, superando barreras y ayudando al individuo a abandonar creencias y sentimientos inadecuados y, potenciando las cualidades positivas, como la alegría, la autoestima, el cuidado de sí mismo y el amor.
- Fomentar una mejor compresión de la perona y del entorno que la rodea, buscando nuevos caminos para lograr cambios positivos en las áreas más importantes de la vida, a nivel personal, laboral, social, vocacional y familiar.
- Aumentar la confianza del individuo en sí mismo, fortaleciendo el autoconcepto de la persona y por lo tanto mejorando su autoestima.
- Abandonar adicciones o malos hábitos que le dañan y perjudican, tanto en su salud como en sus relaciones con el grupo social.