Terapia y psicólogo infantil
Nuestro equipo de psicólogos especialistas, ofrece psicoterapia infantil y adolescente en nuestros centros y consultas de la Zona Noroeste de Madrid (A6), en Las Rozas, Majadahonda, Galapagar, Villalba, Boadilla, Majadahonda, Pozuelo, Torrelodones, El Escorial y en Madrid capital, empleando para ello técnicas psicoterapéuticas de tercera generación, como es la psicoterapia de Perspectiva Integradora.
La terapia de Perspectiva Integradora, aglutina las ideas y estrategias más eficientes en el campo de la psicoterapia avanzada, con bases y fundamentos científicos Sistémico-Construccionistas, Cognitivo-Conductuales, de Análisis Transaccional y de Gestalt, con más de 20 años de investigación clínica y 50 años de avance internacional, adaptados a nuestra realidad sociocultural, estableciendo rutinas y disciplinas armónicas con la vida y entorno del niño o el adolescente.
La psicoterapia infantil proporciona apoyo emocional y ayuda a resolver conflictos con otras personas, permite entender emociones y solucionar problemas y, ayuda a buscar recursos y nuevas soluciones para problemas anclados. Los objetivos de este tipo de terapia pueden ser buscar cambios en el comportamiento, mejorar las relaciones con los padres y amigos, mejorar el rendimiento escolar, bajar el nivel de ansiedad o lograr mayor autoestima. La duración de la psicoterapia estará en función de la complejidad y gravedad de los problemas a tratar.
La intervención psicoterapéutica puede involucrar solamente al niño, a un grupo de su entorno o a la familia al completo, en especial, a los padres o tutores. El juego, el dibujo, las construcciones y el pretender, junto al diálogo, son vías importantes que empleamos en Vértices Psicólogos para compartir sentimientos y resolver problemas.
Una vez realizada la evaluación inicial, determinaremos la metodología terapéutica que mejor se adapta a la casuística del problema, observando para ello factores como los problemas que el niño presenta en la actualidad, el historial que ha desarrollado y la intensidad del mismo, la disponibilidad y capacidad para cooperar con el tratamiento y las inquietudes y preocupaciones del momento presente.
El procedimiento de intervención y la metodología terapéutica lo desarrollamos durante cuatro fases. Estas fases pueden ser realizadas tanto en el domicilio como en la consulta y pueden complementarse con sesiones de apoyo psicoeducativo. Por tratarse de niños, los padres o tutores participan también en todas las fases, tanto en conjunto con el niño como individualmente.
Fase primera: En esta primera fase diagnosticamos los síntomas del niño, generando una primera impresión, tanto del comportamiento del niño como del entorno familiar y social en el que se desenvuelve.
Fase segunda: En esta fase, el equipo de especialistas realiza las evaluaciones, empleando para ello tanto pruebas psicológicas, como sesiones de juego diagnóstico.
Fase tercera: En la tercera fase elaboramos el plan y metodología del tratamiento, estableciendo los objetivos terapéuticos, el tipo de tratamiento, tanto individual como familiar, el período de tiempo para alcanzar los objetivos y la frecuencia de las sesiones de terapia.
Fase cuarta: En esta última fase, trabajamos a nivel terapéutico con el niño, empleando fundamentalmente sesiones de juego. Asimismo, damos las indicaciones a los padres sobre como tratar al niño en el entorno familiar y, a los educadores, en la escuela.
Terapia y psicólogo adolescente
La adolescencia se presenta como un período complejo de transición en el que la confusión es el aspecto que domina. El adolescente inicia en este período nuevas relaciones con el entorno y con los padres, produciéndose una ruptura con el mundo infantil. Asimismo, se producen fuertes cambios fisiológicos y corporales que han de integrarse en la vida de los adolescentes. El hecho de Ir adoptando progresivamente el papel de adultos no es una tarea fácil, ni para los adultos que les rodean, ni para él mismo.
La psicoterapia adolescente proporciona el apoyo emocional que necesita el adolescente y le ayuda a resolver conflictos con los miembros de la unidad familiar o el grupo. Asimismo, le permite al adolescente entender sus emociones y solucionar problemas y, le ayuda a buscar recursos y nuevas soluciones para problemas anclados. Los objetivos de este tipo de terapia pueden ser buscar cambios en el comportamiento, mejorar las relaciones con los padres y amigos, mejorar el rendimiento académico, bajar el nivel de ansiedad o lograr mayor autoestima. La duración de la psicoterapia estará en función de la complejidad y gravedad de los problemas a tratar.
Este tipo de terapia, puede involucrar solamente al adolescente, a un grupo de su entorno o a la familia al completo, en especial, a los padres o tutores. Una vez realizada la evaluación inicial, determinaremos la metodología terapéutica que mejor se adapta a la casuística del problema, observando para ello factores como los problemas que el adolescente presenta en la actualidad, el historial que ha desarrollado y la intensidad del mismo, la disponibilidad y capacidad para cooperar con el tratamiento y las inquietudes y preocupaciones que hay en el momento presente.
El procedimiento de intervención y la metodología terapéutica la desarrollamos durante cuatro fases. Estas fases pueden ser realizadas tanto en el domicilio como en la consulta y pueden complementarse con sesiones de apoyo psicoeducativo. Por tratarse de adolescentes, los padres o tutores participan también en todas las fases, tanto conjuntamente con el joven como individualmente.
Fase primera: En esta primera fase diagnosticamos los síntomas del adolescente, generando una primera impresión, tanto del comportamiento del joven como de su entorno familiar y social.
Fase segunda: En esta fase, el equipo de especialistas realiza las evaluaciones, empleando para ello fundamentalmente pruebas psicológicas.
Fase tercera: En la tercera fase elaboramos el plan y metodología del tratamiento, estableciendo los objetivos terapéuticos, el tipo de tratamiento, tanto individual como familiar, el período de tiempo para alcanzar los objetivos y la frecuencia de las sesiones de terapia.
Fase cuarta: En esta última fase, trabajamos a nivel terapéutico con el adolescente, y damos las indicaciones a los padres sobre como tratar al joven en el entorno familiar y, a los educadores, en el centro educativo.