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La obesidad y el sobrepeso son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Fallecen cada año alrededor de 2,8 millones de personas adultas como consecuencia de esta enfernedad. La OMS (Organización Mundial de la Salud) entiende que existe obesidad, cuando el IMC (Indice de Masa Corporal, la relación entre la estatura y el peso del individuo) es igual o superior a 30 kg/m². Igualmente, se considera signo de obesidad cuando existe un perímetro abdominal aumentado en hombres mayor o igual a 102 cm y en mujeres mayor o igual a 88 cm.
Al margen del impacto en la personalidad y la aceptación solcial, la obesidad predispone para varios tipos de enfermedades, como las cardiacas, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus, osteoartritis, así como a algunas formas de cáncer, padecimientos dermatológicos y gastrointestinales. Aunque la obesidad es una condición clínica individual se ha convertido en un serio problema de salud pública que va en aumento. La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Aunque anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medianos.
Terapias y tratamientos de psiconutrición
El equipo multidisciplinar de psicólogos y nutricionistas de Vértices Psicólogos, ofrece psicoterapia combinada con dietas y complementos alimenticios, en nuestros centros y consultas de la Zona Noroeste de Madrid(A6), en Las Rozas, Galapagar, Boadilla, Majadahonda, Pozuelo, Villalba, Torrelodones, El Escorial y en Madrid capital, reconstruyendo los hábitos alimenticios conductuales desde la base, estableciendo rutinas y disciplinas armónicas con la vida y entorno del paciente y, tratando la ansiedad durante el proceso de pérdida de peso para eliminar el sufrimiento del paciente y, de esta forma, evitar la depresión y el abandono del tratamiento.
La nutrición emocional
El estado de ánimo influye en la forma de alimentarnos y, como prueba de ello, la comida se convierte en uno de los refugios más fáciles y accesibles. Aquellos alimentos que poseen un elevado contenido en grasas, azúcar y sal suponen, en la mayoría de los casos, el mejor consuelo. Por ello, la nutrición emocional pretende, a través de las habilidades psicológicas, enseñar a distinguir entre el hambre físico y aquel que está marcado por la ansiedad o la apatía.
REGULAR LAS EMOCIONES
No debemos permitir, que la comida de convierta en el único mecanismo del que disponemos para regular nuestras emociones. La obesidad es un claro ejemplo de las patologías que tienen su base en lo que llamamos el "comer emocional''. Los alimentos de alto aporte calórico, esconden una relación directa con las emociones y, son aquellos que suelen apetecer más tanto en momentos de euforia como en los depresivos. Una vez que la persona los ingiere, se promueve la segregación de sustancias en los sistemas de recompensa de nuestro cerebro.
Regulados por neurotransmisores, estos tipos de alimentos permiten que el individuo desarolle conductas aprendidas, que responden tanto a hechos placenteros como de desagrado. La sobreestimulación excesiva de este sistema produce, en algunas personas, con o sin predisposición genética para ello, cambios bioquímicos permanentes que modifican la respuesta a estímulos externos y, por tanto, el comportamiento en general, conduciendo a la creación de un proceso retroalimentado placer-ingesta, que conduce a la obesidad.
En Vértices Psicólogos enseñamos a los pacientes a regular sus emociones a través de mecanismos conductuales que permitan desarrollar recursos propios alternativos a la ingesta excesiva de ciertos alimentos, a la par que los "enseñamos a comer" de forma que el abandono de los excesos no produzca el "sentido de pérdida" y conduzca a otros estados patológicos o el abandono del tratamiento.
EL PELIGRO DE LA RESTRICCION
Al restringir de la dieta ciertos alimentos, puede incrementarse la sensación de angustia y, a la larga, desembocar en un consumo descontrolado de los mismos. Por ejemplo, el azúcar influye en los estados depresivos y actúa como un círculo vicioso. Aquellas dietas restrictivas que carecen de hidratos de carbono y azúcar, conducen a los pacientes a hiperreaccionar ante acontecimientos que pueden resultar normales cuando no se está haciendo dieta. Cuando se produce un atracón de esos alimentos azucarados, por ejemplo, se genera una descompensación hormonal, que aumenta el sentido de culpa y el estado de tristeza.
Las técnicas y metodologías de psiconutrición de Vértices Psicólogos, con el apoyo de las terapias aplicadas, no solo restringen moderadamente ciertos alimentos o la combinación de los mismos, sino que permiten eliminar el "efecto rebote" de la descompensación hormonal, tanto a nivel físico como psíquico, enseñañndo a comer de una forma equilibrada y racional sin generar estrés o ansiedad, modificando la conducta de forma natural.